Te acuerdas de aquella copla que escuchamos aquel día sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía? ¡Qué encanto! ¿Verdad?... ¡Qué duende, qué sentimientos, pero qué estilo, qué voz! Creo que se nos saltaron las lágrimas a los dos.
Toito te lo consiento menos faltarle a mi mare, que una mare no se encuentra y a ti te encontré en la calle.
No vayas a figurarte que esto va con intención; tú sabes que por ti tengo grabao en el corazón el querer más puro y firme que ningún hombre sintiera por la que Dios, uno y trino, le entregó por compañera.
Pero es bonita la copla y entra bien por soleares: "Toito te lo consiento menos faltarle a mi mare". Y me he enterao casualmente de que le faltaste ayer. Y nadie me lo ha contao; nadie, pero yo lo sé.
Que tento entre dos amores mi corazón repartío si encuentra al uno llorando es que el otro lo ha ofendío y mira: nunca me quejo de tus caprichos constantes: ¿Quieres un vestío?... Catorce ¿Quieres un reloj?... Con brillantes.
No me importa que la gente vaya de ti murmurando que soy pa ti un muñeco, que si me has quitao el mando Que en la diestra y la siniestra tienes un par de agujeros, por donde se van a los mares el río de mis dineros.
Que yo con tal de que nunca de mi lao te separes... "Toito te lo consiento menos faltarle a mi mare". Porque ese mimbre de luto que no levanta la voz, que en seis años no ha tenío... contigo ni un sí, ni un no; que anda como una pavesa que no gime, ni suspira, que se le llenan los ojos de gloria cuando nos mira.
Que crió con su sangre y me guiaba de la mano para que me persignara como tó fiel cristiano; y en las candelas del hijo consumió su juventud cuando era... cuarenta veces mucho más guapa que tú; tienes que hacerte la cuenta que la has visto en los altares e hincártele de rodillas antes que hablarle a mi mare.
Porque el amor que te tengo se lo debes a su amor, que yo me casé contigo porque ella me lo mandó.
Conque a ver si tu conciencia se aprende esta copla mía, muy semejante aquel canto que escucháramos un día sin saber quién lo cantaba ni de qué rincón salía: "A la mare de mi alma la quiero desde la cuna, por Dios, no me la avasalles, que mi mare no hay más que una a ti te encontré en la calle".